El cuaderno negro de Salvador Garmendia

El hallazgo de estas notas en su libreta personal revela el universo íntimo y el proceso creativo del escritor venezolano.

Salvador Garmendia, uno de los grandes escritores venezolanos, dejó una obra literaria que sigue viva. Anotaciones en cuaderno negro, publicado tras su muerte, nos sumerge en su universo más personal. El manuscrito, hallado en su mesa de noche, revela una faceta íntima de su vida y su proceso creativo, ofreciendo una mirada única al escritor. Este libro es un testimonio de su inquietud constante y su búsqueda por entender el mundo que lo rodeaba.


Salvador Garmendia vivió todos sus años de la escritura, creando historias para la radio y la televisión. Tenía dos métodos para escribir: cuando de ganarse la vida se trataba, escribía directamente a máquina, en el tiempo de las máquinas de escribir y más tarde a computadora; mientras que su trabajo literario, lo hacía manuscrito, lo corregía, volvía a corregir y después de una segunda transcripción, era que lo consideraba listo para publicar.

Es por ello que acceder a Anotaciones en cuaderno negro (2003), significa intimar con el universo de tachaduras, borrones y pensamientos espontáneos de este escritor venezolano, que según afirma su esposa, Elisa Maggi, nunca hubiera publicado estos textos sin el debido proceso de corrección, mínimo dos etapas.

La historia de este libro se remonta a los días recientes después de la muerte de Salvador Garmendia, en 2011, cuando Elisa Maggi encontró, tras revisar todos sus papeles, una libreta grande y bella de unas cien páginas, de las que habían escritas sólo dieciséis. Ella, que confiesa disfrutar del trabajo inicial de los escritores, los rayones y la letra, se vio tentada a publicar estos pasajes en un trabajo facsimilar, es decir, la reproducción casi idéntica de la obra. «Lo llamé así porque son Anotaciones, como texto él lo hubiese trabajado mucho más, pero la intención era ver el trabajo de Salvador en tachaduras».

«Esa parte pequeña de esquizofrenia que nos hace un cuarto de medida felices»

La idea fue planteada inmediatamente a la diseñadora y amiga, Valeska Belisario, quien se encargó de diagramarlos y a la Editorial Ex Libris para su impresión. El resultado es un libro maravilloso con una cubierta negra mate y decoración en negro brillante, que permite acercarnos a la intimidad del escritor.

Elisa Maggi recuerda que no fue sorpresa descubrir este cuaderno que contiene breves recuerdos, opiniones, cavilaciones, extractos de la cotidianidad. Conseguirlo fue un «gesto cariñoso» de quien durante tanto tiempo fue su mejor amigo y gran compañero, con quien compartió tantas risas, lecturas del periódico y cafés.

«La belleza del sapo solo la conocen los sapos»

Tras más de diez años de su publicación, palpar y ojear el contenido de Anotaciones en cuaderno negro es encontrar a un Salvador Garmendia cercano. No es el hallazgo de un diario íntimo, escrito con rigurosidad, Esta no era su intención, así lo deja claro:

«Si lo que ahora pretendo sobre estas páginas puede ser capaz de engañar a la gente, será precisamente solo porque no es diario ni es íntimo. No pasan de ser anotaciones, crónicas breves, meditaciones, aforismos…».

No obstante, estas notas dejan claro que hoy Salvador Garmendia sigue vivo y que su obra, aunque por muchos todavía ignorada, es indispensable ponerla al desnudo.


[Como Nina, el mote que le puso su padre, firma María Laura Padrón estos textos sacados del baúl. Fragmentos de su adolescencia, escritos bajo la influencia de personajes y lecturas que le volaron la cabeza. Un ejercicio para reírse de sí misma y evocar a la muchacha curiosa que solo quería leer y escribir].


Add a comment

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *